Tender o planchar. Planchar o tender. La decisión es vuestra, pero de eso hablaremos en otro momento. Lo que os traigo hoy es un auténtico manual de introducción a las artes del tendedero.
Ser superindependiente no es difícil, solo hay que echarle ganas. Tender tampoco es complicado, solo hay que prestar atención a los pequeños detalles, como en la vida. Hay una delgada línea que separa una buena colada de recoger bacalao seco del tendedero. Con este post os ayudaremos a cruzarla.
Todos conocemos lo básico: pinzas y cuerda. El nivel de sofisticación depende de cada uno: desde las cuerdas amarradas de un lado a otro del patio o terraza hasta el tendedero de quita y pon que se planta en mitad del salón. Sobre las pinzas no hay mucho que decir. Quizás algunos os hayáis percatado de que las hay con un agujerito o con dos. La razón es bien sencilla: el primer agujero, el pequeño, se agarra a la cuerda (si se tiende sobre cuerda y si es fina); el segundo, más grande, cuelga la prenda.
Primero unos consejos que os harán ascender vuestro rango como superindependientes.
- Lavadora que termina, colada que se tiende. Poner en marcha una lavadora y acordarse de recoger la ropa a los tres días tiene que acabar. La otra opción es dejarlo estar y, o bien oler a perro mojado, o usar vuestra camiseta favorita como taparrabos.
- Sacudir la ropa como se sacude la toalla de playa para quitarle la arena. Es la mejor terapia de choque contra las revoluciones del centrifugado: menos humedad, menos pelusas y, sobre todo, menos arrugas.
- La ropa de color se tiende del revés. El sol blanquea la ropa clara, pero a la larga destiñe los colores. Tender las prendas de colores vivos del revés prolongará su vida y vuestro disfrute.
- ¡Destiende, destiende! Igual que la lavadora, la ropa no se recoge sola del tendedero. Cuanto más tiempo esté la ropa seca colgando del tendedero, más tieso saldrá el bacalao.
Ahora sí. Estamos listos. Id a por la cesta y sacad la ropa de la lavadora, que vamos a tender.
Lo más importante es saber dónde se colocan las pinzas para que la ropa no diga a gritos que vivís fuera de casa y que no sabéis hacer la colada en condiciones.
- Camisetas, camisillas, polos, suéteres, remeras, playeras, pulóveres, t-shirts… lo que queráis. Se doblan a la altura de las axilas y prácticamente no necesitan pinzas (menos marcas ¡toma ya!). Pero si os quedáis más tranquilos, se colocan en la zona de las axilas. Nunca en todo el pecho. NUNCA.
- «Las bragas se tienden por la chochera; los calzoncillos, por la potrera». En realidad ya no se hace así, pero mi abuela siempre lo ha dicho y si no lo digo reviento. Imagino que todos habéis entendido lo que es la ‘chochera’ y lo que es la ‘potrera’. Antiguamente esta parte de la ropa interior tenía una especie de doble forro, más resistente. Pero como la ropa interior no se cambiaba a diario, también era la parte más difícil de mantener limpia e higiénica. Así que se tendían mirando al sol. Ahora las chocheras y potreras son menos resistentes y se lavan frecuentemente. Por eso bragas, eslips, boxers, tangas, bañadores y demás, deben tenderse por la cintura. Lo mismo vale para las faldas, por la cinturilla.
- Las telas uniformes como servilletas, trapos de cocina, pañuelos, toallas y fundas de almohadas se tienden siempre por uno de los extremos, sujetas con cuidado y bien estiradas para que no se arruguen ni se deformen.
- Los pantalones dependen del tipo de persona. Hay quienes lo doblan a la altura de las perneras, lo que viene siendo el final de la bragueta o la parte baja de los bolsillos traseros. De esta manera no es necesario utilizar pinzas y apenas queda marca en la prenda. Otros los tienden por la cintura, sin doblarla sobre la cuerda del tendedero para que las pinzas no dejen marca ni deterioren la tela. Y los hay quienes los tienden boca abajo, por el dobladillo.
- ¡Peligro! Las camisas son el eterno amor imposible de las arrugas. Basta con mirarlas para que se le quede marca. Conviene tenderlas por el cuello, doblándolo hacia adentro (por la parte de la etiqueta) y colocando las pinzas por fuera, de manera que no se deteriore ni se marque la parte del cuello que se ve cuando se lleva la camisa puesta. Pero lo ideal, sin duda, es tenderlas colgadas en perchas. ¡Y del tendedero al perchero!
* Si quieres ser superindependiente de sobresaliente cuelga las cortinas recién sacadas de la lavadora: se estirarán solas y dejarán un agradable aroma en la habitación.
¿Quién dijo que no merece la pena tender? Ahorra tiempo de plancha y dinero. Ya no hay excusa. Tender a partir de ahora es sinónimo de salir a coger aire y a tomar un poco el sol. Si lo hay.
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